En alguna parte del mundo, un escritor de material para
Amazon Books, está esforzándose para pensar en una historia sobre un fetichista
de pies. Quizá piensa en cómo integrara esa parte del cuerpo en su historia y
por qué a su protagonista le gustan tanto. Ese escritor no lo escribe por
placer, pero le gusta jugar con ideas ajenas y explorar su mismo talento;
además, cientos de personas compran este tipo de títulos constantemente.
La gran mayoría de este tipo de trabajos “fugaces”,
conocidos en algunos círculos como “literatura ligera”, son escritos con el
simple propósito de vender, no para hacer literatura. Bajo este contexto
podemos cuestionar cuál sería la diferencia entre el trabajo del autor
hipotético y una película porno. La respuesta podría ser que ninguna. Ambas
formas de expresión tienen que crearse constantemente para mantener la
innovación y atraer público fiel, pero podría haber un cambio si el autor de la
obra se esfuerza un poco en generar un producto más artístico.
Erika Lust es uno de los ejemplos más claros de cómo se
puede crear un producto “ligero” que también tenga validez artística. La
directora nacida en Suecia es parte de una serie de creadores que producen “art
porn”, una especie de movimiento que nació en los últimos años como respuesta
al masivo desarrollo de pornografía que simplemente se enfocaba a mostrar
distintos actos sexuales sin cambiar las tradiciones: actos rápidos con
nalgadas y presentaciones irreales.
El art porn, como su nombre indica, busca darle una
presentación más artística a la pornografía y ha ganado más atención
especialmente entre la población femenina gracias a su aproximación más erótica
y sensual hacia la sexualidad. Erika Lust hace de un concepto “fugaz” algo más
brillante y toma de sus fans algunas de sus ideas más revolucionarias, entre
las que se encuentra la menstruación como motivo erótico en una historia de
vampiros.
Lust (apellido falso que significa “lujuria”) es una fuerte
defensora del feminismo en la pornografía y su compromiso por el arte en
general se revela en su visión para el futuro del género. La cineasta hace de
la fotografía el elemento más importante en sus obras y ha jurado “crear nuevas
olas en el cine para adultos. Mostrar toda la pasión, intimidad, amor y lujuria
en el sexo, donde el punto de vista femenino es vital, la estética es un placer
para todos los sentidos y para todos aquellos que busquen una alternativa para
el porno mainstream puedan encontrar un hogar”. Lo visual es imperativo para
Lust y es lo que ha explicado a lo largo de su carrera. Si no tenemos una guía
óptica, no estamos explotando por completo los sentidos, especialmente si somos
personas que requieren un estímulo de esa forma. Pero, ¿qué hace diferente Lust
de otros cineastas del porno?
“Mi trabajo es para apoderarnos de nuestros cuerpos,
representar la sexualidad femenina y romper tabús para todos.”
En un cuento de David Foster Wallace sitúa a un reportero
dentro de una entrega de premios de cine para adultos. El autor señala que los
encargados de la fotografía en el porno deben ser unos maestros de la
percepción para lograr que algunas partes del cuerpo se vean mejor en la
pantalla y que en todo momento parezca existir lujuria, pero lo cierto es que
no lo han logrado. Aunque en sus inicios el porno se producía como cualquier
otra película, con expertos encargados en producción, eventualmente los
creadores notaron que los consumidores sólo se preocupaban por el sexo y no por
los valores detrás de él, así que la industria, aunque exitosa, cayó en un
declive en el que cualquier concepción artística quedó olvidada.
La conexión entre personas y grupos sociales gracias a
Internet permitió que cineastas como Erika Lust, quien hace de la fotografía su
elemento principal, encontraran una audiencia y pudiera generar más
reconocimiento con pornografía artística con historias que incluso los
fanáticos pueden contar. Es lo que nos lleva a su cortometraje “¿Los vampiros
pueden oler mi periodo?” una de sus más recientes producciones en la que busca
hacer una pequeña revolución dentro de la percepción que tiene una gran
cantidad de persona sobre la idea de involucrar la menstruación en el sexo, ya
sea en la realidad o en la ficción.
“Muestro la sangre menstrual en las sábanas, en sus dedos
cuando se masturba, deslizándose en su pierna… Nunca lo vemos en ninguna parte
y es la realidad mensual para cada una de las mujeres del planeta.”
La idea para el corto llegó después de leer una pregunta
similar en su sitio web y aunque hemos visto relaciones humanas con vampiros en
el cine, dentro de la pornografía no se usa sangre de menstruación porque para
la mayoría de las personas aún es tabú. Lust denuncia la hipocresía detrás de
esos factores y afirma que en realidad a muchos les parece normal, ya que es un
proceso natural del cuerpo y percibirlo como algo que no debe relacionarse con
el sexo es retrógrada. Al crear un proyecto de este tipo Lust no sólo se acerca
al público que le atrae este tipo de sugerencias sexuales, sino que también
impulsa a que otros espectadores eliminen un prejuicio que se ha desarrollado
inconscientemente a lo largo de las décadas.
“No puede negarse que los periodos son aún un tema tabú para
muchas personas y no se puede negar que uno de los últimos tabús de la
menstruación gira alrededor del sexo. Mi meta no es necesariamente hacerlo
lujurioso […] Darle tiempo en la pantalla para mostrar nuestra realidad como
mujeres”
El trabajo de fotografía de Erika Lust es extraordinario.
Sin gran presupuesto logra una estética completamente hipnótica. Nos recuerda
que estamos viendo una historia y la suavidad de la imagen se convierte en
parte del erotismo junto con el atractivo de los personajes y sus contextos.
Por ejemplo, en “¿Los vampiros pueden oler mi periodo?” resalta el rojo de la
sangre y se convierte en algo más llamativo que si lo mostrara como cualquier
otro cineasta del porno, quienes sin algún sentido de la estética insisten en
mostrar los peores ángulos de nuestra sexualidad. Al elevarlo a nivel
artístico, su obra es más que un proyecto “ligero” y revoluciona tanto la
industria como nuestra percepción de las mujeres.
La compilación de algunos de sus trabajos llamados
“XConfessions” que, al igual que el proyecto de los vampiros, toma como
inspiración historias o fantasías de sus seguidores ha recibido excelentes
críticas por parte de la industria. Su estética y perspectiva femenina dotan de
un sentido de plenitud a la pornografía, ya que finalmente cuenta con ambas
percepciones para explotar el sentido erótico. Lust se separa de los trabajos
tradicionales para hacer pequeñas revoluciones. Al mirar su trabajo cada vez se
hace más imposible no respirar con velocidad y adentrarse en una pasión más
maravillosa.