Egon Schiele, discípulo de Klimt y admirador de Hodler,
llevó las premisas de ambos a un expresionismo radical. Defensor ante todo de
la individualidad del artista, pocos artistas han sido más individuales que
Schiele.
Fue casi exclusivamente un dibujante de la figura humana (incluida
una obsesión por el autorretrato). Schiele analiza el cuerpo humano arrasando
con cualquier convención cultural e incluso moral de esa época. Así mismo, le
interesa la sexualidad, a veces rozando la pornografía más que el erotismo.
Durante sus primeros años de carrera demostró talento artístico,
y empezó a pintar sus dichosos autorretratos. En 1906 ingresa en Bellas Artes
en Viena, donde se empieza a ahogar en ese ambiente demasiado conservador, todo
lo contrario de lo que debería ser la creatividad, así que se «escapa» para
formar su propio grupo: Neukunstgruppe (Grupo del nuevo arte).
Conoce así a Gustav Klimt y se introduce con él en la
Secesión vienesa, cuyo lema es: «A cada época su arte y al arte su libertad».
Abandona el rígido estilo de la Academia y se vuelve expresionista, comenzando
a distorsionar agresivamente los desnudos. Le da absoluto protagonismo al
dibujo y a la línea.
Por supuesto este nuevo camino pareció no gustar a nadie y
Schiele decide irse de Viena. Conoce a Valerie (Wally) Neuzil de 17 años que se
convertirá en modelo y amante. De hecho, en el nuevo pueblo, los vecinos
empezaron a comentar lo jóvenes que eran las modelos de ese «tipo raro». Aunque
dibujaba a todo aquel que aparecía por su puerta, la poses con las que dibujaba
a los niños que se acercaban a su casa eran, cuanto menos, polémicas.
Y es que Schiele tenía verdadero amor por el desnudo. Eran
los suyos desnudos duros y agudos, con líneas cortantes e incisivas, pero no
sólo físicos: la profundidad psicológica de los retratados va más allá de
cualquier sexualidad. Las figuras son extremadamente delgadas con poses
antinaturales, ojos desorbitados y manos deformes, retorciéndose no se sabe si
de dolor o de lujuria.
El artista escapa de todo naturalismo, tanto en línea como
en color (usaba acuarela). Tampoco hay fondos… La figura está sola. Schiele
retrata muy bien la angustiosa soledad. Esto se ve en sus autorretratos que
demuestran que fue uno de los artistas que más observó «su propio yo», cada vez
más deforme y con poses más extravagantes y gestos más expresivos.
También produce, aunque a mucha menor escala, algunos
paisajes entre el expresionismo y la abstracción, que al igual que sus figuras,
supuran emociones.
En 1912 es acusado por corrupción de menores. La sentencia
fue tres semanas en la cárcel y la quema de uno de sus dibujos «porno». Quizás
lo que peor llevó el artista fue la tortura y el pelo rapado.
Schiele aprende y se casa, no con Wally, sino con la rica
Edith Harms, pero todavía sigue viéndose con su antigua amiga, que siguió
posando para él, y seguramente con varias más.
En 1918 dos cosas suceden en Viena: los últimos alientos de
la Primera Guerra Mundial y una terrible epidemia de la gripe española que deja
más de 20 millones de muertos en Europa.
Tanto el artista como su mujer embarazada murieron por la
enfermedad en octubre del mismo año.