sábado, 30 de marzo de 2019

Plusofilia - Ursusagalmatophilia



En qué consiste la Plushofilia.



El fetiche es una tendencia de tipo sexual, a través de la cual algunas personas consiguen satisfacer su fantasía generando una gratificante sensación de placer que se materializa, en algunas ocasiones en un objeto inanimado. ... Es cuando la persona se siente sexualmente atraída por las estatuas.
   
En qué consiste la ursusagalamatofilia


Este término se aplica a las personas a las que les gusta mantener relaciones íntimas vestidas con disfraces de animales o tener encuentros eróticos con personas que llevan ese tipo de ropa.
En algunos casos, puede ocurrir que lo que más produzca excitación sea masturbarse con muñecos de peluche.
Se trata de una parafilia tan desconocida como poco habitual. De hecho, solo es mencionada en los medios de comunicación cuando sale a la luz algún caso escandaloso, como el del estadounidense de Cincinnati Charles Marshall, de veintiocho años, que fue detenido en cuatro ocasiones por practicar sexo en público con un oso de felpa.


Hay varias razones que explicarían esta irresistible atracción. Por una parte, se encontrarían las texturas. Algunos tejidos, como el algodón, resultan agradables al tacto para muchas personas. Por otra, lo que atrae a numerosos ursusagalamatofílicos es la combinación entre la dulzura que transmiten los peluches y el morbo sexual. En todo caso, es importante distinguir esta parafilia de la zoofilia, es decir, de la cópula con animales. En lo que se refiere a la ursusagalamatofilia, no se trataría de tener sexo con perros, pandas u ovejas, sino de fantasear con seres humanos caracterizados de alguna de estas criaturas.


En resumen, esta práctica "excepcional" se puede traducir por una predilección exacerbada por la felpa y se dirige a aquellos que se sienten "impulsados" al ver o al tocar objetos de este material (especialmente que pertenecen a los juguetes). De la misma manera reaccionan y cuando uno o ambos participantes en una posible "orgía" llevan accesorios "mullidos", que, por lo general, refleja la antropomorfización de un animal, sin tener, sin embargo, nada que ver con la zoofilia (la emoción erótica sentida en relación con los animales reales).


De acuerdo a los criterios de selección del promedio, hay una diferencia entre las personas que se disfrazan de forma esporádica para el entretenimiento, la diversión o variedad y las que lo hacen con regularidad, ya que ésta es la única receta que les permite vivir plenamente su sexualidad.

Como en el caso de los juegos de animales (juego de mascotas), la plusofilia, además de la obvia connotación lúdica, ofrece también la oportunidad a un descenso de la personalidad al nivel primario de los sentidos, donde el espíritu se puede resumir en un esquema simple, poco sofisticado, fácil de entender y absolutamente suficiente (para sus seguidores).

Las complicaciones de la vida humana se apartan, haciendo lugar a las alegrías elementales, a las reacciones espontáneas (incluidas las instintivas), que ya no están sujetas a las reglas vanidosas, dictadas desde el exterior.


Incluso si los fetichistas de la plusofilia parecen calamocanos, el apego a estos "escapes" y "cosas mullidas" es uno tan serio como posible y no debilita el nivel de madurez a que éstos han llegado hasta ese momento, siempre y cuando sus preferencias no los conduzcan a un desajuste o enajenación con respecto al entorno en el que viven.



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