sábado, 25 de febrero de 2017

EL ATRACTIVO DE LA MUJER CUBANA





10 miradas semidesnudas y sensuales a la mujer cubana

Nada como el lente de un buen fotógrafo, esa especial sensibilidad que permite captar en un segundo, para dejar congelado en el tiempo, ese instante, que tal vez no se puede repetir.




Las siguientes fotos recogen a través de la mirada artística de varios profesionales, la belleza de las mujeres en la isla caribeña. 



Ya sea apoyada en una escalera en una casa colonial, casi en ruinas, en la Habana Vieja, otra acostada en una cama con el reflejo de la luz sobre una torneada espalda, otras fumando un tabaco o puro cubano, o simplemente, esa mujer, sentada en el banco de un parque, que espera.







Se dice que son una de las más atractivas del mundo. El mestizaje que se da en la isla caribeña, sumado a sus carismáticos encantos, crearon el llamativo perfil de estas isleñas


viernes, 24 de febrero de 2017

Ruslan Lobanov





La fotografía como la reencarnación del olvido


Ruslan Lobanov es uno de los artistas más populares en el espacio post soviético.
Él define su género como una fotografía cinematográfica.



Unicidad de las fotos Ruslan basadas en tecnologías analógicas que utilizó para su realización. Ruslan Lobanov compara la foto con un rompecabezas.
La satisfacción principal para el creador es un resultado final, que es admirable por los aficionados.
Habiendo fotografiado muchas historias a lo largo de su carrera Ruslan Lobanov fue inspirado por su hermana mayor diseñadora. La altura de la belleza en los libros de arte, los trajes y la atmósfera creativa fue observado por él desde la primera infancia.


Todos los actores de las obras de Ruslan tienen algo más que grandes cuerpos, tienen personajes. Tal vez esa es la respuesta por qué vemos más de una historia en una foto. Cada una de las historias permanece con usted durante algún tiempo.


La desnudez en sus obras es simplemente invisible para el ojo del espectador. El ve a las mujeres en las etapas de transmitir mensajes con su desnudez sin darse cuenta de que en realidad están desnudos.


Ruslan Lobanov es uno de los fotógrafos más singulares y elegantes de espacio de arte contemprorary. Siguiendo el principio de todo lo nuevo es bien olvidado viejo, Ruslan utiliza tecnologías analógicas en la foto realización, sobra ni tiempo ni esfuerzo en la búsqueda de un juego de té de la época victoriana en tiendas vintage, caminando de 10 km. en los lugares históricos de Portofino con el fin de encontrar una nueva ubicación y utiliza la desnudez en sus obras como un accesorio caro, pero no para el pago de la atención de la gente.


Es uno de los fotógrafos más famosos de Europa del Este. En sus fotografías en blanco y negro, se respira un aire nostálgico único.


EN POCAS PALABRAS

Lo que tiene que hacer todo lo posible para ignorar Donald Trump
cuota

Para este autor tan elegante puede estar desnudo: El fotógrafo ucraniano Ruslan Lobanov se ha especializado para dejar que sus diseños se ven como si se hubieran creado antes que el mundo. En cuanto a sus pinturas, que siempre es un poco como si usted ha encontrado en el ático de la abuela una caja con fotografías antiguas - aquí están todos de este milenio.



Bueno entender para reducir la banda de la imagen en los 2015 "Desnudos en la Ciudad" publicados, a partir de los diseños que se muestran aquí se toman y se reunieron el trabajo de los últimos diez años. Las fotografías exudan aura de buenos tiempos, que sugieren una Anteriormente, en el siempre todo era mejor: las enigmáticas mujeres, las habitaciones auráticas que los coches elegantes y de moda más sabroso.


domingo, 19 de febrero de 2017

EL UNIVERSO SURREALISTA DEL CUERPO FEMENINO






El mundo onírico es la representación de nuestros deseos y miedos; una válvula de escape de la monotonía; isla remota de los solitarios; musa para los artistas. Cuando nuestra vida empieza a tornarse gris, los sueños se vuelven salvavidas, con los cual podemos proyectar nuestros anhelos más profundos y esconder las fobias más macabras. Este mundo surrealista, poético y profundo, es el inspirador de muchas obras de arte, y la fotografía de la portuguesa Heloisa Medeiros es un claro ejemplo.






La fotografía surrealista no es algo nuevo, lleva algunos años gestándose, pero ha sufrido un abuso que sucede mucho en en la actualidad: el exceso de retoques y uso de elementos digitales. Por lo que el proyecto de Medeiros nos recuerda que la fotografía es experimentación de campo, aunque tampoco está exenta del uso de la tecnología digital; sin embargo, su propuesta visual va más allá.


El discurso fotográfico de Medieros es una deconstrucción de los sueños; forma escenas con elementos difusos y oscuros, y juega con las luces y las sombras; cada imagen tiene su narrativa, su universo. Recordemos que el arte siempre no hace experimentar algo, debe crear una sensación de gozo, de incertidumbre o incluso de repulsión.





Etéreo y onírico es como Medeiros define su estilo, además de plasmar sus deseos e inquietudes como partícipes de los encuadres y la composición. Sus fotografías provocaron una reflexión sobre cómo interpretamos nuestras fobias y deseos, de cómo sucumbimos a ellos y los enfrentamos; su discurso es sublime, y cada uno de los personajes están en duelo con sus miedos.













En otras más se observa el enfrentamiento contra la soledad, la claustrofobia o la agorafobia, auras perturbadoras en las que la mujer experimenta tensión y terror. Sus imágenes se contraponen a la idea de la felicidad, pues “El arte se asemeja a la vida y también debería estar representado por el miedo y la soledad”, menciona la fotógrafa.



La estética y el estilo es notable en cada uno de sus retratos, en los que existe un juego de luces y sombras que llegan a crear una especie de “relieve”, el cual hace que la fotografía cobre vida; entre lo romántico y lo espeluznante, entre lo armónico y lo caótico, entre lo análogo y lo digital. El estilo de Medeiros es tan único que hace que podamos ver a través de sus ojos el mundo desde su perspectiva, lleno de los miedos más hermosos












La fotografía es una de las artes más expresivas y sorprendentes que existen, pues es capaz de capturar en una imagen la belleza y lo desagradable, el amor y el desamor, el deseo y el rechazo, etc., por ello, descubre cómo entender la lujuria de la adolescencia en 25 fotografías de emociones y penas.












Por Alfredo Álvarez febrero 13, 
2017

RETRATAR LOS FETICHES MAS OSCUROS DE JAPON






Son Marido y mujer, BJ y Richeille, los Formento crean fotografías que rayan en lo fílmico y espectacular, al mismo tiempo que guardan un aire antropológico y casi documental. La pareja comenzó a colaborar en 2005, uniendo la experiencia de BJ en fotografía de moda y Street style con el constante y adiestrado trabajo de Richeille como directora de arte en Nueva York. Sus capturas abarcan diversos temas, ya sea la vida en general y desde una perspectiva occidental, o un vistazo a las viejas y perdidas costumbres del oriente. Implicaciones culturales y estéticas del planeta a través de escenarios ambientados y colores saturados son las constantes en una producción que conjuga dramatismo nocturno con desnudos híbridos del exceso y la delicada tradición.

“Queríamos capturar la peculiaridad, incluso la idiosincrasia, de la cultura japonesa antes de que ésta se diluya más allá del reconocimiento a través de la influencia de la modernidad”, dijo Richeille sobre su trabajo en Japón, dando muestra de que esas oscuridades retratadas con su lente no son otra cosa que el intento de guardar tenebrosos fetiches en sus identidades más castas y honestas, de mayor folclor.”



“The Japan Diaries”, como se titula esta colección de fotografías, es una suma de desvelos y sombras que no buscan ocultar absolutamente nada, sino revelar todo lo posible y acercarlo a más no poder. Japón es tan extraño y ajeno a la cultura occidental que a todos nos parece otro planeta; en términos de sexualidad, mucho más. Las sombras de dicha región, alumbradas por las luces neón y esa identidad afrodisíaca tan fervorosa que en el resto del mundo nos asombra, es consecuencia líquida tanto de las tradiciones que guardan como de su creciente cultura pop y los atentados de la globalización a su historia. Esa extrañeza animal y espiritual que es posible de admirar en el viejo arte japonés adquiere nuevas tonalidades en el trabajo de los Formento. La sensualidad de una ciudad tan cerca del mar y sus bestias, hace que la configuración de personajes y sentimientos en el aire se torne extravagante en cada retrato.






Si bien no son fetiches explícitos lo que se captura en las tomas de BJ y Richeille, son escenarios espectacularmente sugerentes que retratan al fetiche, a la noche dadora de verdades y encuentros con el placer, no de la forma que Occidente lo haría –o preferiría–, sino de la frágil manera en que es. Con la mirada anclada en Japón, como una actitud que pretende no dejar caer en el olvido una cultura específica de la voluptuosidad, la fotografía de este dúo expresa el romance, el encanto y los sentimientos de un lugar que deslumbra con sus tinieblas



“The Japan Diaries” es una producción cuasiescénica, pero al mismo tiempo visceral, desmedida, poco controlada e impresionista que nos hace viajar de lo inusual a lo narrativo. Para conocer otros retratos del verdadero fetiche y no la parafernalia hollywoodense que consumimos, consulta las Fotografías que reflejan la perversión diaria en una comunidad del fetiche y El fotógrafo que pagó por espiar a cientos de japoneses en la intimidad de los hoteles. También puedes visitar el sitio oficial de Formento & Formento para conocer la totalidad de su producción.






La oscuridad no oculta ni es su cometido principal la perturbación de la mirada. De hecho, a más sombras y mayor negrura en el horizonte, puede que lo imperceptible para los ojos se haga presente para el resto de los sentidos; quizá con el oscurecimiento de la realidad sea más fácil para el tacto o el oído encontrar sus verdaderas vocaciones en el mundo. Así también los misterios reales del acontecer.




La noche, natural o artificial, es el espacio en que los sueños alcanzan su punto más álgido, donde la lucidez se obtiene en el ocultamiento y las respuestas no dependen de un fulgor extenuante.
Muy al estilo de Lord Byron, el escape del sol y la disolución de los rayos en el espacio eterno, cuando la helada tierra oscila entre la ceguera y el universo sin luna, los hombres olvidan sus pasiones, aunque ello no signifique que omitan sus ideas del deseo. La lascivia perversa en los campos del anochecer se convierte entonces en un ejercicio de reconocimiento alrededor del erotismo verdadero y exento de maquillajes pornográficos o vacíos de sentido.




Aunque a primera vista el matrimonio Formento parezca inaugurar una producción fotográfica inspirada en la carnalidad pura, no es su principal cometido guiarnos por un sendero de exuberancia placentera sin ton ni son. Justamente en esa noche que se pretende diabólica, retorcida –porque claro, todo lo noctámbulo se entiende siniestro para las mentes planas–, es que el imaginario erótico de la pareja se torna distinto, exquisito y lleno de orientaciones bien planeadas.

Por Eduardo Limón enero 14, 2017