Joanna Chrobak (1968) es una artista polaca. Fuertemente
influida por el arte medieval y renacentista, sus pinturas son hermosas,
surrealistas, extrañas, con un ancestral sentido de majestuosidad y llenas de
simbolismo místico.
Joanna Chrobak nació en 1968 en Poznan, Polonia. De 1989 a
1994 estudió en el Beaux-Arts, y de 1995 a 1998 estudió fotografía en Cracovia.
Expuso en Polonia, Italia, Austria y los Países Bajos. Sus personajes
andróginos medievales, de piel pálida, tienen poses místicas y míticas que nos
persiguen por su belleza y por la muerte que reflejan.
De la vida de esta pintora se poseen escasos datos y muy
pocos elementos investigativos.
Se sabe, por investigaciones previas que nació
en Polonia en el año 1968 en el pueblo de Poznan, que estudió en la escuela de
Bellas Artes, que para ellos son “Fine”, finas en su esencia, y que su tutor
fue el profesor Juliusz Joniak.
De esta serie de nombres poco sonoros en nuestro entorno
latino también conocemos que la joven ha expuesto en su Polonia natal, en Italia,
que por su influencia renacentista debe volverla loca y en Estados Unidos,
donde por algunos críticos ha sido considerada un vehículo ductor del nuevo
prospecto “renacentista” en nuestra época.
La pintura de Joanna nos remite a naturalezas medievales, a
inspiraciones barrocas que se arropan en grandes mantones y usa las varias
historias contadas a planos por los maestros de la edad oscura europea.
Sus colores, así como sus personajes son envolventes,
utópicos y sin embargo guardan un lirismo desquiciante que nos transporta por
la inusitada violencia y el romanticismo de edades que se quedaron vagando en
un limbo, solo pautado y pintado en grandes lienzos, en frescos de catedrales y
palacios.
La pintora nos hace delirar por instantes y nos introduce en
sus desquiciantes cuentos.
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