El erotismo dejó de ser una provocación a los sentidos para
convertirse en una cotidianidad, pero estas fotos son tan sensuales que te
excitarán.
El primer estímulo sexual jamás se olvida. La curiosidad de
ver un cuerpo desnudo del mismo sexo o del opuesto en la privacidad del
anonimato resulta excitante y hasta cierto punto, fascinante. Entonces, te
pregunto ¿qué te provocaba ese extraño cosquilleo en la ingle que se recorría
hasta los órganos sexuales y de pronto estallaba en una sensación de humedad o
en una erección incontrolable? La foto de la hermana de tu mejor amigo, la
maestra de piernas ejercitadas, el cantante de tu banda favorita o el
futbolista de moda; todos ellos tenían un aire sexual que te elevaban la
libido. Sin embargo, creciste y las imágenes que te excitaban terminaron por
normalizarse en tu vida.
En efecto, hoy es normal ver la foto de una mujer desnuda en
Twitter, una revista porno en los puestos de revistas o un gif circulando en la
red. El erotismo dejó de ser una provocación a los sentidos para convertirse en
una cotidianidad. Por esto es casi imposible que una foto del siglo XIX sea lo
suficientemente excitante como para provocar en ti es mismo sentimiento que en
la adolescencia... ¿o no?
Las capturas que datan de aquella época suelen ser mucho más
eróticas de lo que parece y contienen una carga sexual significativa que en
parte se debe al color y a las temáticas con las que se presentaban.
El daguerrotipo como pionero de la foto erótica
En 1839 nació el primer sistema de fotografía ideado por
Louis Jacques Daguerre, quien realizó fotos de esculturas desnudas y las volvió
un tanto eróticas de modo que las comercializaba como entretenimiento. Por
ello, intentó contratar modelos que se despojaran de su ropa para sus
experimentos; sin embargo, no lo consiguió debido a que las actrices de la
época se negaban a hacerlo ya que no era congruente con su quehacer artístico.
De igual manera, intentó que prostitutas y bailarinas se desnudaran, lo cual
tampoco le fue posible ya que el largo tiempo de exposición que necesitaba el
daguerrotipo era exagerado para que una persona permaneciera en una sola
posición.
Fue entonces que Daguerre dejó de lado el tema y continuó
haciendo fotos de edificios y esculturas. Entonces, en Francia, Félix Jacques
Antoine Moulin se adentró en la idea de Daguerre y para 1851 logró que algunas
prostitutas, bailarinas y actrices desempleadas se desnudaran para él. De este
modo, tomaron poses de las pinturas clásicas como ninfas bañándose en el río,
mujeres recostadas en divanes y otras más se tomaban el cabello con un aire de
dulzura e inocencia. Cabe señalar que para la corte de Napoleón III, esto era
un acto de indecencia como ningún otro, por lo que apresó a Moulin por un mes,
hasta que él explicó que era como ver pinturas en óleo, sólo cambiaba la forma
de representarlas.
Clandestinamente, siguió trabajando en desnudos que después
comercializaba en círculos sociales exclusivos como los caballeros del
gobierno, mismos que jamás dijeron una sola palabra al respecto a Napoleón. Sin
embargo, Moulin no estaba en tendencia con las fotos eróticas, ya que antes, a
principios de los años 40, Johann Baptist Isenring realizó el primer daguerrotipo
a color. Es decir, tomó la foto y enseguida, al revelarla, le aplicó color con
una mezcla caliente de goma arábiga y pigmentos. La técnica se puso tan de moda
que se comenzó a replicar en otros países como Japón, lugar en el que las
acuarelas tienen historia. Ellos, por ejemplo, aplicaban pintura al óleo sobre
la emulsión fotográfica, lo que significa que en realidad la foto a color se
dio gracias a la aplicación externa de pigmentos.
La comercialización
A medida que ésta se popularizó, más personas querían
adquirir sus ejemplares, por lo que Moulin y Alfred Stieglitz, entre otros, se
dedicaron a vender fotos eróticas de forma clandestina, por lo que las llamaban
"piezas de estudio anatómico", sólo así pudieron comerciarlas dentro
de la legalidad. El auge de estas fotos fue tal que de pronto ya eran de uso
común y nadie las usaba con fines médicos.
Los daguerrotipos eran imágenes que no podían ser copiadas,
por lo que cada pieza era única y, desafortunadamente, tenía muy poco tiempo de
vida. Después de un cierto periodo, la fotografía pasó a ser de papel, por lo
que se redujo el costo y claro, la producción se volvió —casi— masiva. Fue
entonces que los fotógrafos tenían más trabajo que nunca, puesto que debían
pintar cada pieza, aunque fuera de la misma escena.
Esta corriente fotográfica cada vez fue menos exclusiva
hasta que se volvió un arte completamente popular. Desde entonces, casi cada
fotógrafo intenta al menos una vez en la vida tomar fotos de mujeres y hombres
desnudos, algunos en situaciones comprometedoras, otros en la soledad de su
sensualidad y unos más sólo con insinuaciones de corte sexual.
Fue gracias a la osadía de fotógrafos y modelos que tienes a
tu disposición miles de fotografías que evocan tus deseos más íntimos y
explotan los sentidos. De este modo y gracias a la cultura pop, la foto de tu
crush, la maestra o el vecino sensual te provocan ciertos estímulos que pocas
veces puedes describir de manera sencilla. El erotismo siempre ha sido una
forma de desahogar el placer. A veces sólo basta una mirada.
Disfrutar del ingenio y de la cara sexual que una foto del
siglo XIX te provee no tiene comparación. Míralas y juzga tú mismo.
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